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abril 04, 2003

Comentarios

Raúl Álvarez


Estrechando contra sí a los niños, las madres vigilan el cielo con terror a que aparezcan en él los descubrimientos de los sabios.
Bertolt Brecht

La rabia imperio asesino de niños
Silvio Rodríguez


Aquella noticia en CNN, durante el segundo día de la intervención militar debelo la verdad de esta guerra, el instante en el cual se informaba que ya en el puerto de Umm Qasr, flameaba la bandera norteamericana: un marine había arriado el pabellón iraquí para izar la bandera norteamericana.

No se puede ocultar que es una ocupación colonial, la historia es cíclica, y éste eterno retorno es irónico: los dos únicos aliados del ejecito norteamericano son precisamente España y Gran Bretaña, dos ex potencias coloniales, cuyo legado de "progreso y humanismo" puede rastrearse en sus colonias, donde dejaron analfabetismo, hambre, atraso y enfermedades de la pobreza.

Por eso no sorprende la digna y valiente lucha del pueblo de Irak, cosa que si sorprende a los analistas y asesores inbéciles del gobierno norteamericano, para ellos es incompresible que peleen contra sus libertadores. El pueblo de Irak sufre la misma " incomprensión " que tuvieron nuestros pueblos latinoamericanos cuando vinieron a ser liberados por personajes como el analfabeto cuidador de cerdos, Francisco Pizarro o las culturas milenarias asoladas por los mercaderes y piratas británicos, sin más argumentos que el fuego de sus cañones.

Otro asunto que no comprenden los inbéciles de la casa blanca, es la existencia de personas dispuestas a inmolarse por Irak: los hombres bombas. Como es ley, las agencias yanquis los presenta como una prueba más del dogmatismo religiosos, hombres que tienen dentro sí la semilla del mal. Inbéciles, la mayoría de estos "hombres y mujeres fanáticos", son seres que han padecido un torturante e infinito dolor, una humillación sin límites, a manos del imperialismo. Son precisamente estos padecimientos, el infinito dolor y la execrable humillación, la base que hace que sus mentes sean permeables a las acciones extremistas. Son hombres deshumanizados por el deshumanizado imperialismo.

Acaso ellos no viven sino para vengar su dolor, la imagen de tener entre sus brazos a su hija de dos años ensangrentada, sin vida, víctima de los daños colaterales. Esa muerte, su inmolación, es una liberación y una victoria: la muerte libera el torturante e infinito dolor, y además, causan bajas entre los invasores, así transfieren su punzante e inaguantable dolor a los familiares de los soldados estadounidenses muertos.

Los hombres bombas son tal vez más eficaces y generosas que las "bombas inteligentes" o los bombardeos quirúrgicos del invasor imperialista. No producen los daños colaterales que infringen las bombas lanzados por estos cowboys y que se traducen en los cientos de mujeres y niños muertos brutalmente. Se dice que en otras guerras de cada 10 muertos 9 eran combatientes, en ésta, a la norteamericana, 9 de cada 10 muertos son civiles.

Hace poco Powell amenazó a Siria e Irán, otros rincones oscuros, posibles nuevos objetivos de su casería de terroristas, una cacería a gran escala iniciada ya en Afganistán, nada me cuesta imaginar que algún ancestro de Collin Powell habrá sido cazado por un inglés traficante en plena selva y luego vendido a algún hacendado de los EEUU después de haberlo convencido de que tenía dientes sanos y músculos fuertes y capacidad, sobre todo, para engendrar una prole de esclavos laboriosos y sumisos. Palabras muy arrogantes de estos inbéciles norteamericanos que se vanaglorian de ser los primeros carniceros sin fronteras.

Todo este tiempo he acompañado con esperanza las campañas por la paz en todo el mundo, aquí, asistí a casi la totalidad de actividades por este fin, en verdad deseo que no muera nadie por la ambición de petróleo y dinero que mueve a George W. Bush. Sin embargo, después de ver a niños y mujeres destrozados, mutilados, quemados por las bombas norteamericanas, al ver en los ojos de mi hijo los ojos de niños iraquíes, del llanto de sus madres y padres, nació un mi sentimiento hacia los 200 mil norteamericanos e ingleses enviados a invadir a Irak (por más inbéciles e ignorantes que sean respecto a los propósitos del gobierno de su país), ya no puedo ver las cosas de la misma manera. Ahora espero que las noticias me hagan saber de algún avión sofisticado norteamericano que cae en llamas, o de un tanque a control electrónico que es destruido por un misil antitanque ruso. Desearé, como en los años de Viet Nam, que la soberbia del imperio reciba tal castigo; y que Bush no tenga cara para volver a hablarle a su nación.

Mauricio

Hola Carolina,
Todo mi apoyo y felicitaciones por tus webos para escribir tan bien como lo haces en un momento tan difícil.
Desde Rosario, Argentina todo mi apoyo.

Un saludo
Mauricio

Susana

Hola Carolina, me impresionó tu noticia, inimaginable para nuestra forma de vida. Admiro tu templanza para poder estar en ese infierno. Somos millones de almas las que a la distancia sufrimos la impotenica de no poder hacer nada para evitar la matanza que en nombre de "la libertad" llevan a cabo las malditas fuerzas aliadas. Por Dios, que termine esto, aunque lamentablemente el final no será el que todos desearíamos, que sería ver a los yanquis fuera de Irak y derrotados. Te saludo con afecto. Susana

Cristina

Hola Carolina!
Te saludo desde la paz de las islas Canarias. Te sigo todos los días desde que a Joshua Kucera le suprimieran su diario y saltara la noticia a los periódicos.
Me gusta tu visión, como cuentas lo que pasa siempre desde una humanidad tremenda... lo que importa son las personas...
Cuídate no sólo de las minas, sino de todo. Mucha suerte y ánimo.

Un saludo,
Cristina

Alberto

Hola Caro: espero que estés bien y que no hayas estado en el convoy bombardeado por error por los yanquis. Nada más. Un beso y cuidate. Alberto.

pedro


queridas carolina, luanda, mariana, estoy perdido en la nieve, acabo de bajar de un tren que me llevo hacia gdansk, en el baltico polaco, sin leer los diarios ni ver la tele, y con un pelin de internet. hace un rato lei algo de czeslaw milosz, un poeta/nino polaco, y se me agolparon en la cabeza muchas de las imagenes y las sensaciones que me desperto el blog, imagenes de irak, de argentina, de polonia. aca va, con un beso ( me froto los labios con el guante, para calentarlos, antes de darlo). pedro.


a song on the end of the world

on the day the world ends
a bee circles a clover,
a fisherman mends a glimmering net.
happy porpoises jump in the sea,
by the rainspout young sparrows are playing
and the snake is gold-skinned as it should always be.

on the day the world ends
women walk through the fields under their umbrellas,
a drunkard grows sleepy at the edge of a lawn,
vegetable peddlers shout in the street
and a yellow-sailed boat comes nearer the island,
the voice of a violin lasts in the air
and leads into a starry night.

and those who expected lightning and thunder
are dissapointed.
and those who expected signs and archangels' trumps
do not believe it is happening now.
as long as the sun and the moon are above,
as long as the rosy infants are born
no one believes it is happening now.

only a white-haired old man, who would be a prophet
yet is not a prophet for he is much too busy,
repeats while he binds his tomatoes,
"there will be no other end of the world,
there will be no other end of the world".

Martín

Raúl, ayer los soldados estadounidenses izaron su bandera en un mástil de Bagdad...
Creo que esto nos exime de mayore comentarios.Martín.

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