La primera vez que escuche la palabra jeque fue hace mas de 10 años. Un encargado de un edificio en Belgrano, nos decia a un amigo y a mi mientras esperabamos el ascensor: "si me dan esas vacaciones, soy un jeque". La frase me parecio divertida. Luego escucharia una cancion cantada por africanos que era bellisima, la historia de un jeque triste: tenia muchas mujeres y queria todo su harem casi por igual hasta que aparecio a mujer que toco manera especial su corazon. Ella lo desprecio desafiante, abandono al harem y al jeque tambien. Este se volvio loco y salio a buscarla alrededor del mundo, pero cuando la cancion termina, el jeque aun sigue sin ella.
Finalmente conoci a un jeque, el lider de la tribu iraqui juburi y que segun el, esta integrada por 7 millones de personas en todo el pais. Llegue a su carpa gracias a un comandante kurdo que adora al jeque, uno de sus tantos fans. Encontramos su sede en un barrio decadente de Kirkuk. Se entraba por un patio mediano, con arboles y gallinas. Habia ali muchos arabes que se paseaban con esa especie de rosarios que siempre aprietan entre sus dedos y les hace dar la idea de que matan el tiempo.
Despues del jardin habia una gran carpa rectangular, de unos 30 metros de largo por 6 o 7 de ancho. Estaba a oscuras porque se habia cortado la luz. Luego se encendieron algunos pocos tubos de neon y vi que tenia un alfombrado barato y una serie de sillones floreados que no se interrumpian, se prolongaban a lo largo y ancho. No exagero si digo que habria unos 40 metros de sillones. Tambien habia mesas ratonas cuadradas y chiquitas distribuidas en diferentes partes de la sala, todas ellas tenian ceniceros de plastico color negro. En el techo habia cinco ventiladores y cerca de la entrada estaba el televisor con antena satelital.
El jeque tiene al costado de ese terreno una casona en donde viven sus dos mujeres y sus siete hijos. La carpa es una cuestion formal, es tradicion. Alli recibe a amigos, regalos (mata tres ovejas diarias para agasajar a los invitados), quejas y planteos de miembros de la tribu, visitas politicas y militares, etc.
Cuando entre en la carpa me encontre con el hermano del jeque. Pense que era el y me impresione por la simplicidad de su tunica. Estuve hablando un rato con el en la oscuridad. Su padre _que habia sido el jeque de la tribu_ habia tenido ocho hijos. Eligio a uno del medio para sucederlo. El padre vive pero hace 20 anios le delego el trono a Ibrahim Ata Ala Al-juburi (48 anios). Este hermano con el que hable es mayor que el jeque. En su parquedad al hablar del hermano se puede percibir su rencor al padre o a la vida.
El jeque esta afuera en una reunion y no llega, afuera se va haciendo de noche y es deprimente ver en la pasividad de la carpa como se apaga el cielo. Nos sirven te a los que estamos adentro, pero tambien a las 30 o 40 personas que se pasean por el patio.
Uno de sus seguidores, un piloto militar que peleo el '91 por Saddam, advierte que el jeque tiene una aurea que lo hace unico. "Su presencia es impresionante, no hay nadie que se le resista, por favor no se vaya." Despues de esas palabras, no puedo ni pensar en irme aunque tenga que trabajar en otras cosas.
Me doy cuenta de que llega el jeque porque el patio se silencia y la gente se pone de pie con mucha energia. Y alli entra: lo primero que veo sus zapatos, de una calidad dificil de encontrar en la zona. Luego subo hacia la tunica, pesada, de color marron tabaco y con bordes dorados. Por ultimo veo su cara: un gordito con bigote puntiagudo; con sus manos lo acaricia y enrosca los extremos. Su color negro azabache hace sospechar que alguna de sus mujeres le aplica hena. Sus manos son cortas y sus dedos gordos. Extraniamente no lleva anillos y su reloj de oro esta en la mano derecha. Tiene un panuelo de gasa blanca sobre la cabeza y dos anillos de tela negra, lo sostienen. Sus ojos son pequenios y de color negro, su tez blanca, su voz apagada.
Es el unico que no se descalza al entrar a la carpa y que desprecia al sirviente, que deja por medio segundo, a la jarra de plastico con agua sobre la mesa.
No dice cosas interesantes, no es nada carismatico pero tiene algunas cosas que lo hacen oscuro e intrigante. Dice que si vuelvo me va a dar un regalo y que tiene que hacerme cinco preguntas antes de que deje el lugar. Al final no me las hace, pero me dice que la tradicion es que nadie puede salir de alli si no come. Le digo que no (solo para resistirme), pero bueno parece que la cosa va en serio. A los 10 minutos llegan grandes platos cubiertos con pan arabe, encima hay arroz (que traen del sur de Irak), carne como la que se hace en el puchero espaniol y papas. Solo hay cucharas. El jeque, un colega y yo comemos del mismo plato. El jeque desmenuza con las manos los pedazos de carne y arma bolitas y las dirige al area en donde comemos mi colega y yo. Admito que me da asco y las escondo debajo del arroz. Luego llega el te, "solo dos minutos mas", dice el jeque. Pero su hermano dice "esto de los minutos es tan diferente para Uds: para nosotros el tiempo es de arena."
Mientras tomamos el te, el jeque le habla en secreto al traductor y le hace escribir algo en un papel. Le pregunto a Saman que es y me dice: mas tarde, ahora no puedo, se lo prometi.
Luego el jeque va a su casa, regresa nuevamente al patio y se pone a hablar con miembros de la tribu que acaban de llegar, lo besan cinco veces en la misma mejilla. Cuando estamos a punto de dejarlo saca de uno de sus bolsillos un album de fotos y muestra cuatro y dice: elija la que mas le guste (ya antes se habia mostrado decepcionado porque no habia fotografos en la carpa). Eran muy graciosas, en ellas estaba vestido de traje. Elegi a la que menos entendi, esta conmigo ahora. Mi traductor dijo que la quiere: "este payaso tal vez sea algun dia el presidente de algo en Irak; la voy a necesitar".
Saludamos y prometemos volver. Apenas subo al auto quiero saber que dice el papel. Lo que el jeque le dicto fue esto: Adnani Qahtan Sabawi Qaiser Arshad Saqar Bandr. Son los nombres de sus siete hijos. Le pidio al traductor que los publicara, pero lo hizo en secreto para no despertar odio entre sus propios hermanos, aquellos que no fueron jeque, aquellos que murmuran en la sombra de la carpa y que no entienden que vio su padre en chico tan regordete y caprichoso. No se, tal vez en el, el padre se haya visto a si mismo. O tal vez haya encontrado a su propio enemigo.
probando
Publicado por: ala | abril 24, 2003 en 03:43 a.m.