Bueno mis queridos companieros de viaje, llego el dia en que OJO se acaba y este es el ultimo pedacito de historia que quiero contarles. Maniana viajo a Serbia (mi segundo hogar) y en un tiempo mas estare en Argentina (pero supongo tambien que de paso).
Quise cerrar OJO desde el punto mas bajo de la tierra (400 metros bajo el nivel del mar), en donde dicen que se curan casi todas las heridas: desde el mar muerto. Alguien me pregunto si habia alguna intencion mitica en todo esto, pero la verdad es que no. Es cierto que lo decidi antes de llegar al mar, pero despues de haber estado alli, igual lo hubiera decidido asi.
Naci y creci frente al oceano Atlantico y las sirenas fueron siempre los personajes mitologicos que dominaron mi infancia asi como las aventuras de Simbad el marino (que no sabia, pero que nacio en Basra, sur de Irak). Cuando me entere de que el mar muerto era el unico mar en el que no se moria, supe que iba a llegar algun dia para flotar y probarle a mi cuerpo que era cierto, que era hermoso.
El mar muerto queda a unos 50km. de la capital Amman y el camino es tan facil de recorrer que es imposible no preguntarse por que la gente no hace cola para llegar alli. Viaje con un guia palestino (Samir) que estaba mas interesado en ver a su tierra del otro lado del mar, que al mar en si. Casi todo el tiempo tenia en sus manos binoculares con los que veia mas alla del agua. En la parte en que nos detuvimos, la anchura del mar es tan solo de 7 kilometros; del otro lado esta Palestina y se escuchan los aviones israelies sobrevolando el cielo. Se veian algunas montanias secas, pero una especie de bruma les quitaba nitidez.
Tengo que decir que ese mar es el fenomeno mas hermoso y maravilloso que encontre en mi vida de 30 anios, donde la levedad del ser se vuelve soportable.
Rode sobre el agua ultra salada tratando de vencer el miedo que me provoca todo lo que vi y todo lo que perdi. Y volvi a reirme, a reirme a carcajadas. Jugue y perdi mis ojotas; Samir me puso barro en todo el cuerpo y me sente a secarme y me volvi como un pedazo de arcilla con alma. Luego me hice la muerta pero no pude ni sentir que era eso, y no quise recordar a todos los muertos de esta porca guerra. La orilla era horrible y no me importo: deje de verla, me acorde que hay que ver las cosas que mejor tenemos y no focalizar en aquello que nos lastima o empania la orilla. Aunque Samir me insistia, me negue a ver Palestina y tome los binoculares solo para mirar el cielo.
El calor del agua era mas fuerte que el del aire y en un momento me sente en una roca y llore. Mis lagrimas en esa salina liquida eran mas dulces de lo habitual y enseguida se fueron.
Despues me puse a buscar piedras. Nade entre el agua clara y estire con trabajo las manos para agarrarlas, mientras mi cuerpo estaba en perfecta posicion horizontal. Eran de formas y colores raros, muchas parecian oxidadas. Las elegi para mis seres queridos, para que un dia pasen la lengua por ellas y sientan que la sal conserva lo inconservable.
Esto me lo conto mi abuela Elvira, una de las personas favoritas de mi vida. En Comodoro tenian que mudar el viejo cementerio _construido a la orilla del mar_ porque alli iba a pasar la ruta nacional numero 3. Asi que llamaron a los familiares de los muertos para que recogieran los cadaveres. Mi abuela fue con su hermana a retirar a un pequenio hermano muerto de chico y a su padre. Abrieron los cajones pero ella no quiso mirar, su hermana si: los cuerpos de hace mas de tres decadas estaban intactos, con el pelo y las unias larguisimas. La sal conserva todo, incluso a lo que no vive.
Aparte de curar las heridas y de no dejarte morir, el mar muerto es conspirativo contra los ojos: si te entra un poco de agua, es probable que corras hasta la orilla y te laves las pupilas con agua mineral. Al principio el dolor de cada salpicada era cruel y corri dos veces a enjuagarme. Pero despues me acostumbre, venci esa sensacion, deje que entrara, que doliera y que se fuera.
Por motivos que no importan para OJO, en estos dias empiezo una vida distinta a la que tenia hace un anio atras. A veces quiero salir corriendo de ella (a enjuagarme), pero muchas otras, quiero abrazarla y saber que es la vida que tengo, la que elegi, la que voy a tratar de hacer feliz.
Bueno...es dificil ponerle fin. En Yugoslavia aprendi a cortar las charlas telefonicas de una manera normal. Cuando mi amiga Mariana me visito no podia creerlo: me olvide del..."bueno hablamos mas tarde, te mando un beso, okey, esta bien, bueno chau, cuidate, etc....". Voy a tratar de hacerlo asi: gracias por haberme acompaniado en esto que fue mi primer blog, una conexion con gente cuyo corazon trabaja. Gracias por aportar tanto y por saber recibir. Gracias Chris por convencerme de sacar adelante OJO. Gracias Joshua por todos esos duros meses en Irak aunque no los sobrevivimos juntos. Gracias Luanda y Mariana por sus puntales desde otro lugar.
Por ultimo, y ya corto la llamada, les dejo una palabra arabe que me encanta. Significa algo asi como "sweet heart" o corazon mio, o caro cuore, o ... Te la dicen los policias, la manicura, los cantantes, los futbolistas, tu amigo o tu enemigo. Dice asi: HABIBI. Y es para todos ustedes.
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